Espectacular proyecto de interiorismo para hostelería en VICTORIA BROWN
Tras el mural realizado por Martín Ron de la reina Victoria de Reino Unido sentada en su carruaje; en el portón de hierro corredero que cubre la fachada del VICTORIA BROWN en Buenos Aires; se halla el espectacular proyecto de interiorismo para hostelería de los arquitectos Fernando Hitzig & Leonardo G. Militello de HM. Arquitectos.
De ambiente industrial, el espacio cuenta con ciertas intervenciones de estilo steampunk; donde el criterio a seguir fue el equilibrio entre los elementos compositivos industriales en un ambiente elegante.
El galpón abandonado de unos 500 m2, cuenta con un café cuyo muro ficticio de ladrillo y cortinado de pana rojo sugiere el acceso al bar clandestino, protegido por la mirada inquietante en un cuadro del típico paper boys o chico del periódico de principios del siglo pasado.
Ambos espacios debían presentar estéticas dispares. El café presenta elementos típicamente locales como la iluminación con damajuanas y materiales propios del típico bakery New Yorkquino.
El eje del proyecto de interiorismo es la creación de tres áreas distintas de uso. Frente a la barra de bar de mármol iluminado, tres grandes asientos semicirculares se sitúan bajo unos viejos tanques.
El salón subdividido con biombos de antiguas puertas tijera que permiten eventualmente recogerse para cambiar la distribución; aportan una clara imagen industrial y generan un espacio versátil.
Las cañerías que recorren el techo, imitan el concepto de las destiladoras de whisky y por dentro no transita alcohol sino luz cumpliendo la importante labor de iluminación en el local.
Sobre el muro de ladrillo el rostro de Mr. Brown, sugiere una historia; el supuesto romance entre la viuda reina Victoria de Inglaterra y su sirviente escocés John Brown.
Artefactos como el reloj con engranajes verticales y una máquina antigua del siglo XIX fueron generados a través de la unión de antiguos objetos y ambos están en funcionamiento.
Para obtener la ambientación de antigua fábrica de finales del siglo XIX, se contrataron los servicios de un escenógrafo especializado que realizó el tratamiento de envejecimiento de los ladrillos.
El conjunto, genera un ambiente genuino, envuelto en una atmosfera donde cuentan los detalles. La luz tenue, la voz de Nina Simone, las camisas escocesas de las camareras o la imagen gráfica generada con una imprenta Minerva del año 1800.