Kinmer. Cuando la sencillez se convierte en la mejor virtud.
Existen muchas personas que admiran la sencillez porque ven en ella el reflejo innato de la belleza. La simplicidad esconde un poderoso concepto de estética del que no es fácil ser consciente, pero es lo que la convierte en elegancia.
Existen diseños aparentemente simples donde todo se reduce hasta dejar una impresión pura y elegante, que es lo que les dota de cierta sofisticación.
Rescatar esa hermosa sencillez y el valor que representa tiene mucho que ver con la ausencia de ornamentación. Simplificar y discernir los aspectos más importantes para enfocarse en ellos y encontrar ese reflejo de la belleza al natural.
Cuando la simplicidad y la creatividad se apoyan mutuamente, la sencillez se convierte en la mejor virtud y en Francisco Segarra disponemos de diseños discretos como las sillas en madera reciclada Kinmer.