Sillas de piel Romina, la belleza reside en su sencillez.
Con más de 60 años a sus espaldas, el estilo industrial continúa evolucionando de manera sorprendente dentro del diseño de espacios comerciales. Sus orígenes como estilo decorativo nos trasladan al Nueva York de los años 50, cuando muchas fábricas en desuso se convirtieron en viviendas. De ahí que también se conozca como estilo loft.
Fue en estos espacios diáfanos donde se gestó este nuevo estilo, caracterizado por la rudeza de sus materiales. Los artistas solían ubicar sus estudios en estos espacios con decoración fabril y contemporánea.
En la actualidad, cada vez son más los restaurantes o cafeterías que apuestan por el estilo industrial, con muebles aparentemente fríos, pero llenos de personalidad.
La silla Romina es una expresión de esta filosofía de diseño, donde el mobiliario es estrictamente útil, de aspecto robusto y gran personalidad.
Asiento y respaldo confortable y anatómico. Estética discreta y materiales que garantizan una vida útil del producto muy larga.
Sillas de hostelería en piel, de aspecto tan sencillo que parecen haber existido desde siempre.
