Feel Wabi-Sabi… y la paradoja de la naturaleza.
No hay infinitas piezas pequeñas, sino pocas pero muy bien escogidas. La decoración wabi-sabi es una estética que celebra la vacuidad y el espacio, el silencio y la simplicidad. Delicados detalles sin efectos, salvo aquellos que humildemente consolidan la paradoja de la naturaleza: la belleza de lo imperfecto.
Sin colores brillantes ni diseños ornamentales que sigan los cánones de belleza, surgen sutiles tonalidades y texturas que antes habían pasado desapercibidas.
Porque no importa lo que fuimos ni lo que seremos, en nuestro presente reside el alma, en cada cicatriz hay una historia.
Dejemos espacio para que cada mueble pueda brillar por sí solo, construyendo una atmosfera a su alrededor, armoniosa y serena, donde sus grietas y marcas emanen un respeto por lo pasajero, por lo frágil, un poco roto o modesto. Porque todo lo que nos rodea también avanza, y es ahí donde se enriquece su alma.
Francisco Segarra ve cada pieza como algo único y bello sin necesidad de artificios. Y es esta idea la que le hace adentrarse en una nueva forma de sentir el espacio que nos rodea. Resaltado la belleza de lo imperfecto y su aleatoriedad, su nueva colección de mobiliario wabi-sabi apela por espacios más íntimos y sosegados, bellos y puros, consolidando así la paradoja de la naturaleza.