Geraldine. Una lámpara de techo que derrocha estilo.
Elemento esencial para el éxito del diseño de interiores, la luz interactúa con los materiales y los colores creando diferentes efectos. Realza las formas y puede cambiar por completo la atmósfera de un espacio.
Las lámparas colgantes son quizás las más populares a la hora de abordar un proyecto de iluminación profesional. De hecho, ellas representan la mayor fuente de luz y cuanto más estéticas sean, más poderoso será su efecto dentro de un establecimiento.
En este sentido, la lámpara de suspensión Geraldine lo tiene todo para derrochar estilo. Diseñada en cristal y aluminio, fusiona perfectamente los materiales y se muestra elegante y dinámica a la vez. Colgada desde el techo, transmite mucha sutileza y actúa positivamente en el ambiente y, por lo tanto, en el estado de ánimo de los usuarios.
Además, en el diseño de un local contract, las lámparas de cristal son todo ventajas. Resistentes y duraderas, son también muy fáciles de montar y de limpiar. La mejor pieza para ganar en funcionalidad sin renunciar al confort y a la estética.