Sueños compartidos y un legado que se transmite de padre a hija.
Francisco Segarra ha dejado una huella imborrable en el mundo del diseño y la decoración. Su visión y su incansable dedicación han consolidado la naturaleza de una firma insólita que ha transcendido fronteras, ganándose la confianza de miles de clientes en todo el mundo. Sin embargo, el futuro de la empresa no solo se construye sobre los cimientos de su pasado, sino también en el trabajo y la ilusión de Inmaculada Segarra, su hija, quien, con un enfoque renovado, ha logrado expandir la marca hacia nuevos horizontes.
Este 19 de marzo, en Francisco Segarra, queremos rendir homenaje a todos los padres, poniendo en valor su constante apoyo y su amor incondicional. Para Inmaculada Segarra, su padre ha sido siempre un ejemplo de compromiso y pasión por su trabajo, y es precisamente ese referente el que guía su propio camino dentro de la empresa.
Los viajes, los proyectos y tantos sueños compartidos han sido la clave para avanzar. Padre e hija han construido una bonita historia, enfrentando los desafíos, apoyándose mutuamente y celebrando cada logro como una victoria compartida. Su vínculo, forjado a lo largo de estos cinco años, se ha fortalecido con cada paso, uniendo el talento de diferentes generaciones en una visión común. Juntos, han logrado convertir una pasión en un proyecto que crece y se reinventa con el tiempo.
Hoy, gracias a este recorrido, somos un grupo fuerte con un estilo único y fácilmente reconocible. La mejor apuesta para dar carácter y personalidad a un proyecto de diseño o crear un ambiente memorable lleno de encanto.