Texturas, sensaciones visibles.
Ahora que tanto necesitamos un abrazo, un gesto, somos más conscientes de la importancia de las experiencias táctiles en nuestra vida diaria.
La sensibilidad táctil es algo primario en el ser humano. Un sentido con un poder escondido capaz de impulsar nuestras emociones y generar placer y bienestar.
La belleza es una noción abstracta, algo que acontece entre uno mismo y algo más, que provoca en quien contempla una sensación de gozo o un sentimiento de satisfacción.
La textura real, la huella imposible de corregir en el papel arrugado y la sensación que produce el roce de los pliegues en la pared es algo incomparable, imposible de lograr con texturas visuales. Ese, es el poder de una colección de papeles pintados con texturas reales, donde la belleza no solo se define por lo que vemos.